Cómo conseguir contratos y hacer crecer tu negocio
Hablemos claro: hacer crecer una empresa no es pan comido. Cualquier emprendedor te lo confirmará.
Para lograrlo, necesitas una mezcla potente: una estrategia bien ejecutada, un equipo comprometido y, sobre todo, un producto excepcional.
En Jibble, hemos cerrado contratos empresariales de más de un millón de dólares al año, y lo hemos hecho con una red comercial mínima. Empresas como Tesla, Harvard o Hyundai ya confían en nosotros. ¿El secreto? Un producto tan sólido que habla por sí solo.
Así lo conseguimos. Y tú también puedes hacerlo.
1. Mantén a tu equipo enfocado en construir un producto que ENAMORE a tus clientes
Ninguna empresa alcanza contratos de gran envergadura sin un producto que realmente resuelva las necesidades de sus clientes. Y para lograr un producto de esa calidad, necesitas rodearte del equipo adecuado.
En Jibble, aplicamos un proceso de selección muy riguroso. Nuestro equipo de producto está formado por desarrolladores senior y especialistas con una larga trayectoria en la empresa.
Todos comparten un compromiso profundo con nuestra visión y una dedicación constante al detalle. Gracias a este enfoque, nuestra tasa de rotación es prácticamente nula.
Operar con un equipo compacto y sin jerarquías innecesarias nos permite avanzar con rapidez, acortar los ciclos de desarrollo y mantener una comunicación fluida. También nos facilita escuchar a nuestros usuarios y ajustar el software según sus necesidades reales.
¿Qué es lo que más valoran nuestros clientes?
La mayoría de las empresas que utilizan Jibble para el control horario destacan su facilidad de uso. Desde el principio, nos propusimos diseñar una interfaz intuitiva, fácil de navegar y accesible para cualquier perfil de usuario, sin importar su experiencia tecnológica.
Pero la sencillez es solo el punto de partida. Sabemos que nuestros clientes buscan resultados concretos: más eficiencia, menos errores y una mejor gestión del tiempo.
Por eso Jibble incorpora funciones avanzadas como geolocalización por GPS, fichaje mediante reconocimiento facial, hojas de horas automatizadas, control de horas extra y mucho más.
Cada detalle ha sido pensado para ayudar a las organizaciones a ahorrar tiempo, aumentar la productividad y tomar decisiones basadas en datos reales.
Crear algo y confiar únicamente en el marketing no basta. El verdadero éxito nace de comprender a fondo las necesidades del cliente, construir soluciones en torno a ellas y contar con un equipo capaz de convertir esa visión en realidad.
Este de abajo es el increíble equipo de Jibble que hace esto posible…
2. Facilita que la gente pruebe tu producto o servicio
¿Alguna vez te has parado en uno de esos stands de degustación del supermercado? Probablemente sí.
Y si lo hiciste, entenderás por qué esa estrategia sigue funcionando: nada convence más que probar un producto de primera mano.
La idea es simple: cuando los clientes tienen la oportunidad de probar el producto por sí mismos, de experimentar su calidad en directo, es mucho más probable que confíen en él y decidan comprar..
Este principio no es exclusivo del comercio físico. También funciona para un software.
En Jibble, ofrecemos a nuestros usuarios un plan de control horario 100% GRATUITO para un número ilimitado de usuarios. Al permitirles realizar un seguimiento del tiempo, gestionar la asistencia, y generar informes sin coste alguno, les permitimos ver de primera mano cómo Jibble mejora la eficiencia.
Este enfoque genera confianza, lo que facilita a las empresas a actualizar cuando estén listos.
Ofrecer un plan gratuito también expande significativamente nuestro alcance y amplía nuestro grupo de mercado.
Al no existir barreras de entrada, los clientes potenciales pueden probar nuestra plataforma sin ningún compromiso, lo que se traduce en una mayor exposición y mayores tasas de conversión.
3. Deja que tu producto o servicio sea el que hable
La mejor estrategia de ventas es un gran producto.
He visto a muchas empresas volcar sus recursos en publicidad y tácticas de venta agresivas, solo para enfrentarse después a problemas de retención y a un crecimiento insostenible a largo plazo.
El marketing de pago tiene un límite. En cambio, cuando el crecimiento está impulsado por un producto realmente bueno, los resultados perduran mucho más allá de cualquier campaña.
Cuando los clientes se sienten genuinamente satisfechos con lo que ofreces, lo recomiendan, lo comparten y vuelven. Así se genera un efecto dominó capaz de atraer a nuevos usuarios sin necesidad de invertir más.
En Jibble, a pesar de no contar con un equipo de marketing especializado, hemos cerrado acuerdos con organizaciones como Tesla y la Universidad de Harvard. Lo más interesante es que fueron ellos quienes se acercaron a nosotros.
Un ejemplo: una empresa de software en Estados Unidos comenzó utilizando Jibble en un solo departamento. En cuestión de meses, nos contactaron para implementarlo en toda la compañía, con más de 10.000 empleados.
Algo similar ocurrió con una empresa constructora del Reino Unido: el director general probó la herramienta, quedó convencido y decidió adoptarla para sus 3.000 trabajadores.
Muchos de nuestros usuarios llegan por recomendación. Nos gusta llamarlos “evangelistas de Jibble”: clientes que no solo utilizan la plataforma, sino que también la promueven de forma natural. En cierto modo, venden por nosotros.
Ese es el verdadero efecto dominó. Cuando el producto aporta valor real, se difunde por sí solo. Es lo que hacen las empresas que perduran. Incluso Tesla apenas invierte en publicidad tradicional: sus productos generan conversación, admiración y confianza. Hablan por sí mismos.
Porque cuando una solución resuelve problemas concretos y mejora el día a día, no hace falta imponerla. El boca a boca hace el resto. Y en ese escenario, no hay mejores vendedores que tus propios clientes.
4. Aporta valor siempre que puedas
El trabajo no termina cuando alguien empieza a usar tu producto. De hecho, ahí es donde todo comienza.
La verdadera oportunidad de generar relaciones duraderas y fomentar la fidelidad surge una vez que el usuario ya ha confiado en ti.
En nuestro equipo de Ventas, lo tenemos claro: nuestro objetivo es ayudar. Nos centramos en ofrecer soluciones reales, resolver problemas concretos y acompañar al cliente para que saque el máximo provecho de Jibble.
No importa si utilizan el plan gratuito o una suscripción empresarial: si conseguimos aportarles valor, eso ya es una victoria.
También les facilitamos acceso a contenido útil y accionable. Desde guías con consejos sobre productividad hasta información sobre legislación laboral, artículos de referencia y tutoriales detallados, todo está diseñado para ayudarles a crecer… con o sin nosotros.
Esta filosofía es una de las cosas que nos distingue. No nos limitamos a vender un software: construimos alianzas.
Tratamos a cada usuario como un cliente valioso, sin importar el tamaño de su organización o el plan que elijan. Porque cuando les va bien a ellos, nos va bien a todos.
Artículo recomendado: Cómo pasamos de ser una empresa tradicional a ser un equipo 100% remoto.
Conclusiones
No existen atajos para construir una empresa sólida, pero sí hay decisiones que marcan la diferencia.
Crear un producto que resuelva problemas reales y aporte valor tangible es, sin duda, una de ellas. Cuando lo haces bien, el boca a boca se convierte en tu mejor canal, la retención mejora de forma natural y los acuerdos empresariales llegan sin apenas necesidad de vender.
Pero nada de esto ocurre por arte de magia. Se necesita un enfoque implacable en la experiencia del usuario, una escucha activa y mejoras constantes. Los mejores productos no se lanzan perfectos: evolucionan con el tiempo, junto a las necesidades de quienes los usan.
En Jibble, tuvimos la suerte —y la disciplina— de identificar estas claves desde el principio. Y gracias a ello, hemos llegado hasta aquí. Porque cuando pones el producto y al cliente en el centro, el crecimiento viene solo.
Esperamos que estas estrategias te inspiren a hacer lo mismo. ¡Salud!