Elon Musk dijo una vez: «Es posible que la gente corriente elija ser extraordinaria».
No se equivocaba.
Pero pasar de ordinario a extraordinario no sucede de la noche a la mañana. Requiere una serie de pasos, trabajo constante y, lo más importante, una gestión eficaz del tiempo.
He echado un vistazo a cómo Elon se las arregla para ser el CEO de SpaceX, CEO de Tesla, y CTO de X, mientras co-funda Neuralink y OpenAI (todas las empresas de mil millones de dólares, por cierto), y todavía tiene tiempo para publicar algunos memes hilarantes. Esto es lo que he encontrado:
Todos los grandes líderes son conscientes de que el tiempo es un recurso escaso.
Cada uno de nosotros sólo tiene unas 4.000 semanas de vida. No es mucho.
Y parece aún más corto cuando lo miras desde una perspectiva diaria.
En el momento en que empieces a ver el tiempo como un recurso escaso, lo valorarás más y serás más consciente de cómo lo utilizas.
No puedes controlar el tiempo.
Es un error común pensar que podemos tener el control total de nuestro tiempo. Que si optimizamos nuestros horarios lo suficiente, podemos manipular el tiempo a nuestro favor. Pero no es así.
Puedes seguir planificando cada minuto de tu día, pero seguirás sin ser capaz de estirarlo para que quepan las tareas de toda una semana.
Estoy a favor de optimizar la agenda, pero no caigas en la trampa de la sobreoptimización. Podrías acabar perdiendo el tiempo planificando y pensando en cómo optimizar a la perfección cada minuto que te olvidas de vivir.
La gestión del tiempo empieza por tener conciencia de uno mismo.
¿A qué dedicas el tiempo? ¿Cuáles son tus actividades a lo largo del día? ¿Cuánto tiempo dedica a cada una?
No se puede gestionar lo que no se puede medir.
Empieza por tomar conciencia de tu utilización del tiempo mediante un ejercicio sencillo pero eficaz: cómo controlar el tiempo.
Registra tu tiempo durante todo el día. Anota tus actividades cada hora y valora cómo te han hecho sentir en una escala del 1 al 10.
Es un ejercicio sencillo, pero quizá te sorprenda descubrir cuánto tiempo dedicas a cosas que no te producen verdadera satisfacción.
Recuerda, saber es poder. Si conoces tus hábitos de tiempo, podrás tomar decisiones informadas sobre cómo priorizar y asignar tus valiosas horas de forma más eficaz.
Establece un plan.
Ahora es el momento de convertir los datos recopilados en información práctica. Consulta los datos de seguimiento del tiempo y analiza cómo te ha ido el día.
- ¿Qué actividades le han dado más satisfacción?
- ¿Dónde se pierde la mayor parte del tiempo?
- ¿Qué distracciones le impidieron terminar sus tareas?
Crea una jerarquía que te permita identificar cuáles te aportan más alegría y cuáles te acercan más a tus objetivos. Así, podrás enfocarte en lo que realmente importa y maximizar el impacto de cada momento.
Divide tu día en bloques más pequeños.
Elon Musk es bastante famoso por su método de bloqueo del tiempo, que otros consideran el truco de productividad definitivo.
Y aunque los bloques de tiempo de 5 minutos de Elon pueden no ser para todo el mundo, la técnica general de segmentar tu día en trozos manejables ha demostrado maximizar la concentración.
Ya sea dedicando una hora a la tormenta de ideas, respondiendo a los correos electrónicos en intervalos de 30 minutos o reservando tiempo para el trabajo en profundidad, adoptar un enfoque estructurado de la gestión del tiempo puede mejorar la eficiencia y, en última instancia, ayudarte a hacer más cosas.
La multitarea es un mito.
Las investigaciones demuestran que cuando nuestro cerebro cambia frecuentemente de enfoque entre tareas, sobre todo cuando éstas son complejas y exigen una atención activa, nos volvemos menos eficientes y es aún más probable que cometamos un error.
Es casi seguro: siempre obtendrás mejores resultados si te centras en una sola cosa a la vez.
Elige dónde puedes progresar, delega el resto.
Buscar la excelencia en todo lleva a la excelencia en nada. Especialmente si diriges una empresa, no puedes encargarte de todo tú solo.
Elon sabe que no puede hacerlo todo solo (aunque probablemente desearía poder hacerlo). Por eso sabe delegar tareas en su equipo.
No tengas miedo de delegar. Elige las áreas clave en las que puedes aportar más valor y libérate del resto.
Mantente sincronizado con tus objetivos y plazos.
Asegúrate de sincronizar tus objetivos, fechas importantes y plazos en un calendario digital.
Muchas empresas, incluida Tesla, utilizan Jibble para controlar su tiempo y sincronizar sus calendarios. El uso de este tipo de herramientas de seguimiento del tiempo puede marcar una gran diferencia en la eficacia con la que gestionas tu tiempo.
La tecnología es tu amiga y las automatizaciones son tu superpoder.
Algunas personas acaban perdiendo oportunidades porque tienen demasiado miedo a la innovación. No sea una de ellas.
Automatiza y delega las tareas repetitivas siempre que puedas. Esto puede implicar:
- Automatizar el pago de facturas
- Contratar un servicio de limpieza para su hogar
- Utilizar un asistente de inteligencia artificial
- Utilizar una aplicación de control del tiempo
Cada tarea que externalices te liberará tiempo para otras más importantes. Céntrate en trabajar con inteligencia, no solo con diligencia.
Deja de robar tiempo a tu yo futuro.
Un gran porcentaje de personas son procrastinadoras, no seas una de ellas. Resiste el impulso de procrastinar y da prioridad a las acciones que puedan beneficiar a tu yo futuro.
Si puedes hacerlo hoy, ¿por qué dejarlo para mañana? Mañana podría ser demasiado tarde.
Dedica tiempo a descansar.
Recuerda que el tiempo de inactividad no es sólo un capricho después de ser productivo, sino que es esencial para mantener la productividad.
Intenta no vincular tu valor a la productividad. Eres humano, no una máquina. Haz del autocuidado una prioridad para evitar el agotamiento y mantener tu creatividad.
Considera el descanso como una necesidad vital, no como un capricho.
Tus horas son sólo tan buenas como la energía que inviertas en ellas.
La productividad fluye cuando se cuida tu bienestar, así que asegúrate de gestionar no sólo tu tiempo, sino también tu energía. Algunos pequeños pasos que puedes dar en esa dirección podrían ser:
- Hacer del sueño y el ejercicio una prioridad
- Tomarse descansos regulares para recargar las pilas
- Prestar atención a los ritmos naturales y planificar las tareas en consecuencia
«Ocupado» y “Productivo” son dos cosas distintas.
La gente a menudo equilibra la actividad con la productividad. Al fin y al cabo, una agenda repleta puede hacernos sentir que estamos logrando mucho. Sin embargo, la verdadera productividad no se mide por lo ocupados que parezcamos, sino por los resultados tangibles que consigamos. Se trata de la calidad de nuestra producción, no de la cantidad de horas que dedicamos.
Cambia tu enfoque de la óptica a los resultados reales.
No subestimes el poder de las rutinas.
¿Cuáles son tus rutinas diarias?
Las rutinas proporcionan estructura, estabilidad y una sensación de control en un mundo que, de otro modo, sería caótico. Nos ayudan a gestionar nuestro tiempo de forma más eficaz, reducen la fatiga por la toma de decisiones y aumentan la productividad.
Crear rutinas es una tarea a largo plazo, pero se puede empezar poco a poco.
- Empieza el día con una rutina matutina para fijar intenciones.
- Tómate tiempo para reflexionar sobre tu semana.
- Relájate con una rutina nocturna para descansar en paz.
«No te elevas al nivel de tus objetivos. Caes al nivel de tus sistemas». – James Clear.
Protege tu tiempo.
La accesibilidad constante invita a las distracciones perpetuas. Los gestores del tiempo más eficaces:
- Establece límites con los demás
- Dedica periodos de trabajo como tiempo sagrado
- Adopta el JOMO (la alegría de perderse algo)
Protege tu tiempo como lo harías con cualquier bien valioso y no tengas miedo de decir «NO». Reserva tu tiempo y tu energía para las cosas que de verdad importan.
No te obsesiones demasiado con la perfección.
El perfeccionismo puede obstaculizar la consecución de los objetivos.
Prioriza el progreso a la perfección. Emprender acciones imperfectas es mejor que esperar al momento perfecto.
Empieza con pequeños pasos, acepta el desorden, pero da ese primer paso adelante. Como diría Nike: «Just do it!».
La gestión del tiempo es, en última instancia, la gestión de la vida.
No se trata de dedicar más tiempo cada día.
Se trata de aprovechar el tiempo que tienes.
Cuando lo consigas, descubrirás que la vida se vuelve más rica y significativa por derecho propio.
Reflexiones finales
Al fin y al cabo, lo más importante es dónde decides emplear tu tiempo. Este es tu activo más valioso, y la manera en que lo estructuras puede definir la calidad de tu vida. Asegúrate de centrarte en actividades y compromisos que realmente aporten valor a tu existencia y que te acerquen a tus objetivos personales y profesionales.
Protégelo ferozmente e invierte tu tiempo sabiamente, porque es el único recurso que no puedes aumentar ni recuperar una vez que se ha ido. Cada momento es irrepetible y una vez que desaparece, ya no regresa. Por lo tanto, es crucial ser consciente de cómo distribuyes tu tiempo y asegurarte de que cada elección refleje tus prioridades y valores más profundos.